Acoger en familia, al Dios niño para llenarnos de fe, esperanza
y amor.
“Dejemos que del asombro nazca una oración humilde: nuestro “gracias” a Dios, que ha querido compartir todo con nosotros para no dejarnos nunca solos.”
(Adnirabile signum).
“Dejemos que del asombro nazca una oración humilde: nuestro “gracias” a Dios, que ha querido compartir todo con nosotros para no dejarnos nunca solos.”
(Adnirabile signum).
Creemos en
la paz del corazón y en el esfuerzo por llevar esa paz al mundo
en que vivimos.
Creemos
que Belén es la Casa del Pan, un pan partido,
repartido, compartido, para que no haya más hambre en nuestro barrio, en
nuestra ciudad, en nuestro mundo.
Creemos en
los pastores que escuchan la buena noticia y dónde se encuentra el
«Dios con nosotros», que salen a su encuentro y, por lo tanto, comparten lo que
son y tienen con los marginados y excluidos de nuestra sociedad.
Creemos en
las estrellas que ya murieron, pero que nos han dado
vida y conducido a donde nos encontramos hoy, a lo que somos, a lo que
anhelamos ser.
Creemos en
las estrellas que continúan naciendo y nos siguen abriendo
nuevos caminos, inéditas sendas a recorrer, ilusiones que prender en nuestro
ojal, destellos llenos de fulgor para nuestros ojos apagados.
Creemos en
la buena noticia de Jesús de Nazaret, la más profunda
humanización del misterio del amor de Dios, en la alegría y la esperanza que
nos infunde y, a través de nosotros, en los demás.
Creemos en
ese otro mundo posible que nos animó a construir,
por la dignidad y la felicidad de los seres humanos, para eliminar la
injusticia, el odio, el llanto, la desilusión.
Creemos
que la Navidad acontece cada día del año, cuando trabajamos por
la paz y la justicia, por el amor encarnado, por una nueva humanidad más
fraterna, libre, en paz. Junto a la naturaleza y el universo que nos rodean,
nuestro verdadero hogar, en el que nacimos y al que volveremos, para ser de
nuevo polvo de estrellas luminosas, ardientes.
(Miguel
Ángel Mesa Bouzas)
Bendición de la mesa en
Nochebuena
Bendice, Señor, nuestra mesa.
Quisiéramos
que el mundo fuera una gran familia .
Por
una noche al menos: sin guerras, sin miseria, sin hambre, sin dolor...; y con
algo más de música y alegría y
mucha más justicia y
solidaridad
Que este hogar, Jesús, acoja tu palabra de amor y de perdón y
siempre estés tú presente. Consérvanos unidos.
Danos durante todo el año paz y trabajo.
Danos
fuerzas para ser personas justas, comprensivas, entrañables, comprometidas por
un mundo mejor.
Así habrá muchas “noches-buenas” y “días-buenos”.
Eres bienvenido siempre
a esta casa, Señor.
Confiamos que Tú nos reúnas
también un día en
tu Casa para celebrar la eterna Navidad.
Amén.
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